Ningún lugar está lejos`
sintetiza la particular filosofía de Richard Bach: nada es imposible para el
que verdaderamente desea algo, y está dispuesto a prescindir de eso, que
llamamos `realidad objetiva`. Ninguna persona está lejos si existe el deseo y la
voluntad de estar a su lado. Acerca del autor: Richard Bach es escritor y
aviador. Ex piloto de guerra de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, continúa
volando en aviones de su propiedad y participa asiduamente en torneos de vuelo
acrobático. Durante los últimos treinta años se ha dedicado a escribir
artículos y cuentos para las revistas de aviación. Su obra completa se destaca
por su bellísima manera de enseñar a los lectores el valor de la libertad. Su
pluma vuela también entre los pensamientos más profundos sobre el amor, la
esperanza y la necesidad de ser uno mismo. Entre su libros destacamos:`Juan
Salvador Gaviota`, `Alas para vivir`, `Biplano`, `El don de volar`,
`Ilusiones`, `El puente hacia el infinito`, `Nada es azar` y `Uno`.
Los alumnos de 8º, tienen que leer este libro.
Rae!:¡Gracias
por invitarme a tu fiesta de cumpleaños! Tu casa está a miles de kilómetros de
la mía, y viajo sólo si tengo una buena razón... Una fiesta para Rae es la
mejor razón y ansío estar contigo.
Inicié mi
viaje en el corazón del colibrí al que tú y yo conocimos tiempo atrás. Fue tan
cordial como siempre, pero cuando le dije que la pequeña Rae estaba creciendo y
que yo iba a su fiesta de cumpleaños con un regalo, quedó perplejo. Volamos
largo rato en silencio; por fin él dijo:
-
"Entiendo muy poco de lo que dices, pero lo que menos entiendo es que
vayas a la fiesta".
- "Por
supuesto que voy a la fiesta", respondí. "¿Acaso es tan difícil de
entender?"
Calló y
cuando llegamos al hogar del buho, dijo:
- "¿Es
que los kilómetros pueden separarnos verdaderamente de los amigos? Si quieres
estar con Rae, ¿no estás ya allí?"
- "La
pequeña Rae está creciendo y voy a su fiesta de cumpleaños con un regalo",
dije al buho.
Tuve una
extraña sensación al decir voy de esa manera, después de hablar con el colibrí,
pero no lo dije así para que el buho comprendiese. También el voló en silencio
largo rato. Fue un silencio amistoso, pero cuando me depositaba a salvo en el
hogar del águila, dijo:
-
"Entiendo muy poco de lo que dices, pero lo que menos entiendo es que
llames pequeña a tu amiga".
- "Por
supuesto que es pequeña", respondí, "porque no ha crecido ¿Acaso es
tan difícil de entender?"
El buho me
miró con sus profundos ojos ambarinos, sonrió y dijo:
-
"Piénsalo"
- "La
pequeña Rae está creciendo y voy a su fiesta de cumpleaños con un regalo",
dije al águila.
Tuve una
extraña sensación al decir voy y pequeña después de hablar con el colibrí y el
buho, pero lo dije así para que el águila comprendiese. Junto volamos sobre las
colinas, y remontamos los vientos montañes. Por fin dijo:
-
"Entiendo muy poco lo que dices, pero lo que menos entiendo es la palabra
cumpleaños".
- "Por
supuesto, cumpleaños", respondí.
-
"Vamos a celebrar la hora en que empezó Rae, y antes de la cual ella no
era. ¿Acaso eso es tan difícil de entender?" El águila curvó sus alas
diestramente y aterrizó con soltura, posándose en la arena del desierto.
- "¿Un
tiempo antes de que empezara la vida de Rae? ¿No te parece más bien que es la
vida de Rae la que empezó antes de que existiera el tiempo?"
- "La
pequeña Rae está creciendo y voy a su fiesta de cumpleaños con un regalo",
dije al halcón.
Tuve una
extraña sensación al decir voy y pequeña y cumpleaños después de hablar con el
colibrí y el buho y el águila, pero lo dije así para que el halcón comprendiese.
Debajo de nosotros, a lo lejos, se derramaba el desierto, y al fin dijo:
-
"Mira, entiendo muy poco de lo que dices, pero lo que menos entiendo es
crecer".
- "Por
supuesto, crecer", respondí. "Rae está más cerca de ser adulta, un
año más lejos de ser una niña. ¿Acaso eso es tan difícil de entender?" El
halcón aterrizó por fin en una playa desolada.
- "¿Un
año más lejos de ser una niña? ¿Eso no suena como crecer?" Y elevándose en
el aire, partió.
Yo sabía que
la gaviota era muy sabia. Mientras volaba con ella pensé con sumo cuidado y
elegí las palabras de modo que, cuando hablara, ella supiese que yo estaba
aprendiendo.
-
"Gaviota", dije por fin, "¿por qué vuelas conmigo a ver a Rae,
cuando en verdad sabes que ya estoy con ella?"
La gaviota
descendió sobre el mar, sobre las colinas, sobre las callas y suavemente
aterrizó en tu azotea.
-
"Porque lo importante", dijo, "es que tu sepas esa verdad. Hasta
que la sepas, hasta que verdaderamente la comprendas puedes mostrarla sólo de
maneras más pequeñas, y con ayuda externa de máquinas y personas y aves. Pero
recuerda", agregó, "que el ser desconocida no impide que la verdad
sea verdadera". Y partió.
Ahora es
tiempo de abrir tu regalo. Los obsequios de latón y de vidrio se gastan en un
día y desaparecen.
Pero yo
tengo un regalo mejor para tí. Es un anillo para que lo uses. Centellea con una
luz especial y nadie puede quitártelo; no se lo puede destruir. Eres la única
en el mundo entero que puede ver el anillo que hoy te entrego, tal como yo fui
el único que pude verlo cuando era mío.
Tu anillo te
otorga un nuevo poder. Usándolo puedes elevarte en las alas de todas las aves
que vuelan... Puedes ver a través de sus dorados ojos, puedes tocar el viento
que sopla por entre sus aterciopeladas alas, puedes conocer el júbilo de llegar
muy alto sobre el mundo y todas sus preocupaciones. Puedes permanecer cuanto
quieras en el cielo, después de la noche, durante la salida del sol, y cuando
tengas ganas de bajar otra vez tus preguntas tendrán respuestas y tus angustias
habrán desaparecido.
Como
cualquier cosa que no se puede tocar con las manos ni ver con los ojos, tu
regalo se torna más poderoso a medida que lo usas. Al principio podrás usarlo
solamente cuando estés en el aire libre, observando al pájaro con el que vuelas.
Pero más tarde, si lo usas bien, funcionará con aves a las que no puedes ver, y
al final comprobarás que no necesitas anillo ni pájaro para volar sola sobre el
silencio de las nubes.
Y cuando ese
día te llegue, debes dar tu regalo a alguien que sepas que lo usará bien, y que
pueda aprender que las únicas cosas que importan están hechas de verdad y
alegría y no de la latón y vidrio.
Rae, esta es
la última fiesta que celebraré contigo, después de haber aprendido lo que me
enseñaron nuestros amigos, los pájaros.
* No puedo
ir a estar contigo porque ya estoy allí.
* No eres
pequeña porque ya has crecido, jugando entre los momentos de tu vida como lo
hacemos todos, por la diversión de vivir.
* No tienes
cumpleaños porque siempre has vivido; jamás naciste y nunca morirás. No eres
hija de las personas a quienes llamas madre y padre, sino su compañera de
aventuras en una luminosa jornada para comprender las cosas que son.
Cada regalo
de un amigo es un deseo de felicidad, como este anillo lo es para tí.
Vuela libre
y dichosa más allá de los cumpleaños y a través de la eternidad, y nos
encontraremos alguna que otra vez cuando lo deseemos, en medio de la única
celebración que jamás puede terminar.